Mediante un simple programa comparador, el FMB escucha todo el tiempo y compara el silencio con el sonido. Si los decibeles del ruido (o palabras, música o lo que sea) supera el 50% más que los del "silencio", el robot, que estaba avanzando al 25% de su potencia total, dobla 90 grados a la derecha. Si no se produce el sonido, persiste en su movimiento hacia adelante.
La idea, para la próxima semana, es generar respuestas más azarosas mediante un bloque random, haciendo que ante el comando verbal, nuestro pequeño amigo gire a un lado algunas veces, otras al otro, que otras se detenga dubitativo o que directamente retroceda amoscado.
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